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Ay amigas al final he caído. Me he decido a escribir un post en modo reivindicativo. Porque reivindicar en modo colectivo está de moda. Hoy puedes unirte con gente que tenga virtudes/defectos como los tuyos y luchar porque te respeten. Claro que sí!

Antes de nada, voy a pedir disculpas porque sé que hay gente sensible con respecto a los temas que voy a tratar. Haré como los famosos cuando los tachan de homófobos y dicen que tienen muchos amigos gays. Os adelanto por ello que soy una especie de Pequeño Nicolás, con todo tipo de amigos.

A lo que iba. Hoy puedes crear una nueva corriente cual Despotismo Ilustrado, Generación del 98 o Gran hermano. Un gran ejemplo serían las amigas Fat Bloggers o también reconocidas como Plus Size Bloggers (como por ejemplo, pinchad aquí) chicas que están por encima de lo que se ha calificado como «normopeso», es decir que superan lo que algunos locos científicos consideran como sano. Hecho que ellas ponen en duda, afirmando que aunque se esté rozando o en la franja calificada por esos dementes como «obesidad» es igual de saludable que mantener la línea. Así que se acabaron las preocupaciones. Nada de ir al gimnasio insensatos, las calorías se ingieren, no se queman. Yo debo ser gilipollas.

Este ejemplo de Fat Blogger es para que podáis ver la de tiempo libre que tiene la gente y el espíritu de lucha del ser humano. ¿Para qué pedir un techo para todos cuando no entramos en los pantalones de Zara? Lo primero es lo primero. Amancio Ortega no tienes corazón, ahora entiende que se organicen y se rebelen como si de la Primera Guerra Mundial se tratase. ¿Esto qué cojones es? ¿No tener un crop top XXL para poner un post diciendo lo curvy divine que soy? Esto es una de las mayores injusticias que se han realizado contra el ser humano desde la caída del servidor de BlackBerry durante un día.

Hoy por hoy yo no sería aceptada en el colectivo Fat Blogger, soy una de esas «privilegiadas» que pueden darse al libre albedrío de la compra en cualquier tienda de Inditex. Pero también tengo problemas, y también son gordos. Tengo los pies grandes y estoy orgullosa de ello. Quiero reivindicar el olvido en el que caemos todos aquellas BigFoot que nos vemos relegadas a comprar en la sección masculina en muchas ocasiones. Como dirían las gordis, ¿no tenemos derecho a ir a la moda? Por cierto, acabo de caer en que ¿BigFoot no debería llamarse BigFeet? ¿O el monstruo peludo tenía un pie solo? Debería indagar en la historia de este ser.

Os parecerá una gilipollez de colectivo, pero a mí me ha hecho desgastarme mis BigFoot durante dos días buscando unas deportivas que no me hagan parecer que tengo un refuerzo de hormigón en los pies, como si de una sombrilla de terraza me tratase.

Pues algo parecido le ocurre a las queridas Plus Size, que no encuentran hueco en las tiendas donde compran la mayoría de jóvenes y jóvenas hoy en día. En estas tiendas suelen tener una variación desde la 32 a la 42, seis tallas diferentes, que se habrán obtenido después de un amplio estudio de la población que consumirá estos productos. Si han sacado la talla 32, es porque la venden. Ni más, ni menos. Y si no hacen tallas superiores es porque hay menos mercado. Esto no es cuestión de discriminación por tamaño, es la ley del poderoso caballero don dinero.

Nos encontramos en una sociedad que fomenta el deporte y lucha contra la obesidad porque, por unanimidad del colectivo de médicos, no es sana, a pesar de lo que digan las bloggers de talla grande. También se lucha contra desórdenes alimenticios para que una chica de 30 años no use una 32, talla que igual a una niña de 14 años (y que compran en esas tiendas) puede entrarle. Llevo escuchando toda la vida que los extremos son malos, ¿ahora las chicas muy delgadas están mal y las muy gordas están bien? Yo no entiendo nada. Si tanto un lado como el otro afirmase que estando muy por encima (o por debajo) del peso normal es saludable, que me enseñen su diploma de medicina.

De todas maneras me gustaría que se acordase todo el mundo cuando no existía ni Inditex, ni ninguna de estas tiendas ¿low? cost, y si querías unos vaqueros te tenías que gastar 10.000 pelas en uno de marca o cruzar los dedos y tirar de mercadillo. Antes había más tallas para todos, pero variedad cero. ¿Qué queremos entonces?

Frente a las esculturales modelos de cuerpos fribrosos, se muestra a las llamadas «mujeres reales». Con ese término, ¿estamos calificando a las modelos de diosas?, ¿o las infravaloramos? Si Doutzen Kroes, que acaba de parir, tiene cuadraditos en la tripa (y que a mí ignorante de la belleza femenina, me produce envidia insana) es su trabajo. Pero no por ello deja de ser una mujer real. Monserrat Caballe también es una mujer real. Y yo también soy una mujer real. Pero no por ello quiere decir que sea lo que más pueda gustar para un anuncio de ropa o para desfilar por la pasarela. Las modelos se lo curran para estar como están, de hecho muchas veces se les ha exigido demasiado para lucir las prendas, tanto que enfermaron. Ahora parece ser que está más regulado y hay muchas modelos que no tienen ningún «pero». Véase Malena Costa, Gisele Bundchen… ¿Vamos a quitarle el mérito y decir que cualquiera de nosotras debería desfilar para Chanel Otoño/Inviero 2015? Pues no. Es lo que hay.

Lo que no entiendo es por qué nos empeñamos en ponernos etiquetas, yo creo que flaco favor nos hacemos. A mí me da igual que seas flaca, gorda, de lunares o de cuadros. Que cada uno sea feliz como es. Y sobre todo cuando el estar gordo se lleve al extremo frívolo de no poder estar a la moda. Si el ideal de belleza hoy en día es estar fitness, tienes dos opciones si no lo estás: o ponerte a dieta u obviar los estereotipos y hacerte valer por algo que no caduca con el tiempo: tu mente, sentimientos, ideales, valores… Algo que no te pueden operar y que nos hace a cada uno únicos e irrepetibles.

Con eso no quiero decir que tengas que esconter tus curvas o tu delgadez. Ponte lo que te salga de dentro. Hay que ser feliz con lo que uno tiene, que muchas veces es más de lo que se piensa. Si eres gordo y tu felicidad es comiendo y siendo de talla XXL, ¡mira tú qué bien! y si lo tuyo es ser delgado y presumir de huesos, ¡estupendo! y si quieres tirarte 24 horas en el gimnasio y tener más músculos que El David ¡te aplaudo!. Cada uno haremos lo que nos plazca, y nos atraerá el físico de alguien determinado. Porque, como todo en esta vida, para gustos colores. Supongo que a la mayoría de seres humanos les gustarán los cuerpos delgados y fitness, porque es lo que demanda la publicidad. Al igual que hace unos siglos rebosaban las carnes dibujadas por Rubens. Pero, de lo que sí estoy segura es que los hombres y las mujeres se sienten atraídos por «cerebros llenos». Así que eso es lo que hay que ir exhibiendo, ¡sin complejos!

Hoy parece que la máxima personal de cualquier blogger es ponerse sus trapitos y ser una Hanneli Mustaparta de la vida. ¿Podemos por favor ampliar un poco más las miras y abogar por algo menos superficial? Me la pela que las flores estén de moda, que enseñar el ombligo sea lo más y que quieran erradicar los pantalones pitillo de la faz de la tierra. Porque jamás me pondré estampado de flores, no me gusta enseñar la tripa y los pantalones pitillo son mis preferidos. Así que si tú skinny blogger decidiste ir a trabajar ayer con un jersey en modo homeless que parece que anda solo sin nada debajo, me la trae al pairo. Y que tú fat blogger, te hagas una Beyonce de Botero poniéndote un bustier de colores imposibles, me resulta lamentable.

Al final me habéis hecho caer en un lenguaje soez y chabacano. Pero sé que me quereis igual. 😉

Sincerelly yours,

BigFoot Blogger.

MurZielaGa

Periodista, emprendedora y mamá a full time. Amante de las series y los libros en general y del suspense en particular. Fotógrafa amateur y enganchada a eso de la tinta en todas sus versiones. Cabezota, indecisa y con grandes dosis de ironía. ¿O no?

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