Día 14 Tokio, un día para descubrir el Museo del Studio Ghibli

Nuestro último día en la ciudad había llegado, muy a nuestro pesar. Pero por otra parte estaba animada porque iba a visitar el Museo Ghibli, la casa de los estudios de animación que tantos buenos ratos nos había hecho pasar con sus películas. Buenos y malos, porque del estudio Ghibli es la película más dura que conozco sobre la Segunda Guerra Mundial: ‘Tumba de Luciérnagas’.

Siguiendo los consejos prácticos de antes de viajar a Japón, compramos las entradas para antes de visitar la ciudad de Tokio. Así que nos las metimos a la mochila antes de abandonar por penúltima vez nuestro hotel de Akihabara.

Hoy nos tocaba un tour por la ciduad mucho más light, con las últimas cosas que ver en Tokio. Las menos potentes, pero claro ya íbamos contaminados con tanta belleza después de recorrer Japón durante 15 días. Además, nos quedaba practicar una actividad que a más de uno os va a poner los dientes largos… Y no, si razón.

Recorriendo Marunouchi, la zona financiera de Tokio

 

Nos levantamos a la hora habitual y nos dirigimos a la zona donde los rascacielos más modernos de Tokio no tienen fin. Es la contraposición máxima al Kyoto más tradicional. Pero Japón es un país de contrastes donde oler la historia en cada una de sus esquinas. Así que un paseo entre estos gigantes de cristal es algo cuanto menos curioso.

Llegamos justo cuando todo el mundo entraba a trabajar en las oficinas. Todos los japoneses de punta en blanco acudían a sus lugares de trabajo mientras nosotros buscamos una vista privilegiada de los jardines imperiales.

Entrar a los jardines imperiales

 

Japón se encuentra bajo el mandato de los emperadores Akihito y Michiko y su residencia se encuentra en Tokio. Por ello, el Palacio imperial en Japón no se puede visitar, pero sí sus jardines exteriores. Aún así nos apetecía atisbar toda la composición del Palacio Imperial de Tokio y sus murallas y darnos un mañanero paseo por los jardines.

Los jardines interiores y el Palacio están cerrados al público, a excepción del día 23 de diciembre y 2 de enero que se permite entrar a los jardines interiores para asistir al saludo de los Emperadores al pueblo. Así que si te encuentras visitando Japón en Navidad puede ser una opción para ver algo diferente. Para llegar bájate en el metro de Chiyoda.

Nosotros llegamos demasiado pronto y los jardines exteriores estaban cerrados todavía, así que decidimos rodear un poco el perímetro e irnos a nuestra siguiente parada.

Horario del Palacio Imperial de Tokio

El horario de los jardines del Palacio Imperial de Japón abre a las 9:00 y cierra a las 17:00 de mediados de abril hasta Agosto y hasta las 16:00 de noviembre a Febrero. El resto del año hasta las 16:30.

Encuentra los restos del Tokio más tradicional

Paseando por la zona de repente encontré esta maravilla de casa. Un pequeño edificio de estilo tradicional en medio de los enormes, modernos y acristalados rascacielos que inundan la zona. ¿Serás capaz de encontrarlo tú?

Calle del Ramen o Tokio Character Street

Después del madrugón que habréis apreciado nos fuimos a por un cafe a un Starbucks de la zona. Con el café gigante en la mano nos fuimos al Tokio Character Street, una especie de centro comercial subterráneo en el metro de Ginza, con 24 tiendas especializadas como desgrana Japonismo en su blog.

A la hora que íbamos no era un momento especialmente bueno para tomarte un buen ramen, pero si vas a la hora de la comida es una opción genial por la zona.

Párate en el edificio del Teatro Kabuki

 

Siguiendo en el barrio de Ginza, nos encontramos con el Kabuki-za, un edificio de estilo tradicional en medio de los rascacielos. ¡Sin duda una estampa original que ver en Tokio! Además, es una buena opción si quieres ver una representación de kabuki en la ciudad.

Compra sin tasas en Sony

 

En el barrio os encontraréis con el edificio de Sony. Además de su llamativo y enorme aspecto, es un lugar donde podrás comprar sin impuestos. ¡Un perfecto duty free de tecnología en el centro de Tokio! Así que si quieres llévate la nueva Play Station o la última tecnología móvil, espera a entrar en este edificio.

Atraviesa el kilómetro cero de Tokio

 

Está en Nihonbashi en Chuo, sobre este puente decorado con dragones y leones. Un puente de vital importancia histórica para el país ya que en el siglo XVII suponía el punto de partida de cinco rutas comerciales. Desde aquí parten todas las carreteras y ferrocarriles. Actualmente, por encima del puente pasa la autopista, así que pasa bastante desapercibido.

Visitar el edificio Tokyo Internacional Forum

 

El Foro Internacional de Tokio es un edificio que te llamará la atención sin duda durante tu paseo por la zona financiera. Diseñado por el uruguayo Rafael Viñoly y con forma de barco, resalta entre los edificios gigantes de la zona.

¿Sabes dónde está el Reloj Ghibli de la película ‘El Castillo Ambulante’?

 

El Reloj Ghibli es otra locura más de Miyazaki y que recuerda a la película ‘El Castillo Ambulante’. A mí es una de las cosas que me fascinó del día y es algo muy curioso de ver entre tanto rascacielos tokiota.

Se encuentra en el edificio de la NTV y en la parte inferior del edificio podrás encontrar merchandising de los studios Ghibli. Pero claro, el edificio no tiene un luminoso gigante que te indica cual es. La verdad es que nos costó un poco, a pesar de haberto visto desde el tren cuando íbamos hace Odaiba.

¿Cómo llegar al reloj Ghibli?

Pues bien, si tenéis la Japan Rail Pass podéis subiros a la línea de Yamanote o de Yurikamome y bajaos en la estación de Shinbashi. Si por el contrario tenéis la Suika o nada de nada, coged el metro y bajaos en la estación de Shiodome o en la estación de Shinbashi.

Un pulmón en medio de la zona financiera

Muy cerca de los gigantes de acero se encuentra este parque muy bonito y lleno de plantas en flor. Un lugar privilegiado para descansar, muy cerca del Puerto de Tokio. ¡Realmente bonito!

Visitar el Mercado de Tsukiji en el Puerto de Tokio

 

Quizás sea mejor hacerlo a primera hora de la mañana para ver el bullicio del puerto. Y mucho mejor si vais a las 5 de la mañana que es cuando los pesqueros han descargado y puedes presenciar la subasta de pescado. Yo, como nieta de marinera que había presenciado este momento en el otro de los puertos más importantes del mundo (Vigo), preferí dormir más ese día y alargarlo hasta la noche en perfectas condiciones. Pero, todo el mundo dice que es un verdadero espectáculo, así que si te pica la curiosidad acude a ver la subasta de atunes más impresionante del mundo.

Comer sushi en el Puerto de Tokio

 

Y aquí está el momento de la envidia máxima. O por lo menos a mí me lo daría, por mi fanatismo a esta comida.

He probado mucho sushi, he comido en uno de los mejores restaurantes japoneses de Madrid, pero nunca nada semejante a este momento. Comer sushi recién salido del agua y manipulado por auténticos artístas de este alimento.

Como bien os comentaba en los consejos prácticos para viajar a Japón, el sushi suele prepararse con un pegote de wasabi entre el pescado y el arroz. No es como en España que te lo ponen en un platito a parte. Yo, que no soy nada fan del wasabi, una vez que lo descubrí lo pedía directamente sin. Para mi gusto anula gran parte del sabor del pescado y además no me gusta nada su sabor. ¡Pero para gustos colores!

Así que elegimos uno de los bares de dentro del Mercado de Tsukiji para probar el sushi más fresco del mundo. Hay muchos tipos de sushi a elegir y en el menú entra una sencilla sopa miso y té. Pedimos sushi de salmón y de atún y todavía recuerdo el momento en el que acarició mi paladar. ¡Espectacular! Y eso que es algo sencillo, que no deja de ser una bola de arroz y un trozo de pescado encima. Pero el más fresco del mundo tiene que notarse. Y os confirmo que sí lo hizo.

Así que si sois fans de la comida japonesa en general y del sushi en especial, no dudéis en visitar el Puerto de Tokio en algún momento de la mañana para probar este delicioso manjar. Y si sois de Madrid podéis ir a Doki Doki, que es el lugar donde he probado el mejor sushi de la capital.

Visitar el Museo del Studio Ghibli

 

Después de ver muchas de las películas de los studios Ghibli, tenía que visitar el templo de la animación japonesa. Con las entradas en la mano (que compramos previamente en España) nos dirigimos a estos estudios a los que llegamos en un autobús especial decorado con dibujos de los estudios.

Dentro es un mundo diferente: un montón de figuras, bocetos y locuras varias con las que disfrutarás recordando ‘Tumba de luciérnagas’ o ‘Mi vecino Totoro’. Y además, cuentan con una tienda en la que te podrás comprar figuritas o recuerdos relacionados con el Studio Ghibli. Yo me compré unas cuantas cosas, lo confiese 😛

Dentro del museo no puedes hacer fotos. Yo no lo sabía así que hice una, y me la he traído de recuerdo. jejejeje. Fuera está el famoso robot de ‘Castillo en el cielo’.

¿Cómo llegar al Museo del Studio Ghibli?

 

Te tienes que dirigir a la estación de Mitaka. Allí encontrará suna parada de autobús muy especial. Un totoro en la señal te indica que te encuentras en el lugar adecuado. En la misma parada puedes comprar el billete de ida y vuelta que te llevará al museo. ¡Súbete a la verdadera aventura Ghibli!

Un Broadway en Japón

Si eres amante de las figuritas de manga, de anime japonés o de cualquiera de los dibujos animados que venías en la infancia, tienes que visitar Nakano Broadway. Es una especie de centro comercial donde encontrarás cientos de tiendas de este tipo de figuras distribuidas en su cinco plantas. Y además, a bastante buen precio.

Igualmente debes visitarlo porque no sólo hay tiendas de figuritas. Hay otros comercios de ropa, zapatos… que están muy bien. ¡Echa un ojo a su web para hacerte una idea completa!

¿Cómo llegar a Nakano Broadway?

Para llegar a este centro comercial te tendrás que bajar en la estación de Nakano, en la Chuo Line de la JR. Una vez te bajas del tren, sales a la calle y te encuentras de frente el centro comercial.

¿Cuándo ir a Nakano Broadway?

Si no sabes qué comprar en Japón, Nakano Broadway puede darte ideas. Para visitarlo, has de acudir entre las 12 y las 20h.

Siempre es buen momento para regresar a Takeshita Dori

O eso creíamos porque nos cayó el aguacero del siglo. Decidimos ir a merendar una riquísima cookie junto al Yoyogi Park y darnos una última vuelta por la pintoresca calle. La misión de comer cookie se pudo cumplir pero la de pasear por Takeshita fastidió. Una lluvia torrencial nos impidió comprar nuestras últimas frikadas en una de las calles más típicas de Tokio.

Pero no nos podíamos quejar, fue el único tormentón que nos cayó en toda nuestra estancia. El tiempo en Japón nos respetó bastante.

Cenar en una Izakaya de Akiahabara

Regresamos a nuestro hotel de Akihara para secarnos y cambiarnos de ropa. Además, queríamos que nuestra última noche en Japón fuese especial y divertida, así que optamos por ir a cenar en una Izakaya que ya le habíamos echado un ojo días anteriores.

Se encontraba muy cerca del hotel Remm Akihabara donde nos alojábamos. Llegamos y el bullicio se escuchaba desde la entrada y también se olía el humo de tabaco de la estancia.

Un montón de animados japoneses compartían sus anécdotas para preparase para una marchosa noche de viernes. Era bastante curioso ver que los grupos que más abundaban eran los de hombres trajeados, seguramente recién salidos de la oficina.

Pedimos varios yakitoris y diferentes platos típicos de Japón. Los nombres nos despistaron bastante, incluso dudaba con el inglés. Di que las vísceras no son mi fuerte. Pedimos una brocheta de mollejas y casi muero. Quizás no me entendáis pero no me gusta nada la casquería ni sus sucedáneos. Así que si sois como yo, llevad el móvil a mano con el google translate para buscar qué significa.

La experiencia en la izakaya no pudo ser más divertida y reconfortante para ser nuestro último día en la ciudad. Nos íbamos, sí. Pero con un gran recuerdo de este país que lo da todo por los que lo visitamos ávidos de conocer su país. Nos íbamos con la maleta llena de recuerdos, y la cámara llena de imágenes que resumían un viaje de 10. Nos íbamos con un gran sabor de boca de una gastronomía sin igual y de una cerveza tan bien tirada como la nuestra.  Nos íbamos, en resumen, enamorados de Japón.

Es mejor viajar lleno de esperanza que llegar

Proverbio japonés