La pasada madrugada se celebraron los Premios Grammy en la ciudad de Los Ángeles, donde se reconoce el mérito musical de los principales artistas. Los mejores se llevaron su galardón pero… ¿qué califiación les ponemos sobre la alfombra roja? He aquí mi análisis sobre las mejor y peor vestidas de gala.
Madonna: oooooole, toreraaaaa. Pena que no hubiese ningún toro cerca para empitonarla. De manera literal. Sé que ella ha visto en esta frase una segunda interpretación que le ha agradado, pero ni más lejos de mis intenciones. No he visto peor atuendo desde hace mucho tiempo, es decir, desde que ella no apareciese por ninguna. A pesar de haber compartido protagonismo junto a Rihanna y Miley, ha conseguido que ni me acuerde qué llevaban puesto. Se ha ganado un Muy Deficiente sumado a un: expulsénla del mundo. Givenchy, ¿qué habíais fumado ese día?
Rihanna: la sorpresa del día llegó de su mano, ya que decidió vestirse para la ocasión. No me falta nada en la frase anterior. La noticia es que acudió al evento vestida, no desnuda. El caso es que esta mujer no tiene ningún tipo de mesura: o poca tela, o toda la tela. Giambattista Valli le hizo este regalo que simula a un algodón de azúcar. Pese que la he visto entre las mejor vestidas, a mí me horroriza. No sólo el vestido, sino el maquillaje y el peinado me parece que no le favorecen.
Rita Ora: otra que nos ha dejado claro que este año les han vuelto a indicar que no se podía enseñar carne sobre la alfombra roja (hecho que obvió Madonna). Lo que no debieron aclarar es que no era necesario disfrazarse de nada. ¿Por qué acudió la británica vestida de bola de discoteca diseñada por Prada? Un acierto su corte de pelo y maquillaje.
Miley Cyrus: confirmado que había que ir recatado. Si esta muchacha no ha desfilado sobre la alfombra roja con tan solo una hoja de parra, es que un toque le han tenido que dar. La cantante lució un vestido sobrio y correcto de Alexander Vauthier, pero que no favorecía demasiado su escuálida figura.
Katy Perry: la voluptiosidad con tintineos. Parecía que iba semidesnuda y adornada como un árbol de navidad. Para mi sorpresa, era una creación de Zuhair Murad, diseñador que me encanta. El maquillaje simulaba un lifting facial. Nada que nos sorprenda de esta muchacha.
Kim Kardashian: hartos estamos de ver el canalón del pechamen de la Kardashian, pero su vestido lejos de parecer casto y puro, no me disgusta. Jean Paul Gaultier ha creado este batín de andar por casa de algún jeque árabe con exagerado escote, pero no le sienta mal. El corte de pelo es un plus a favor de la mujer de reality.
Beyonce: sorprendentemente no descata por ser de las peor vestidas, tampoco de las mejores. Un vestido negro, con generoso escote que muestra un pecho aplastado, la deja a mitad de tabla. Simplemente correcta gracias a Proenza Schouler.
Taylor Swift: siempre en el top de todas las encuestas, repite parte alta. Gracias a Elie Saab, la rubia se sube al podio. Colores muy adecuados y llamativos, pero peca de un ligero exceso de tela. Por ello, no gana el primer puesto de la tabla.
Gwen Stefani: la originalidad de su jumpsuit de Atelier Versace la corona como ganadora de la noche. Me parece que el atuendo la favorece y sobre todo, sorprende que lleve algo adecuado y sobrio a una alfombra roja. Para mí, perfecta.
Ciara: comparte el primer puesto, pero quizás medio peldaño más arriba. Lleva un vestido sencillamente impresionante. Original, sexy, elegante y con personalidad.
En resumen, este año la gala de los Grammy este año ha sido un poco pobre en glamour, más rica en músca. ¿Y tú qué opinas de la alfombra roja de los Grammy este año?