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Madrugamos un poquito y nos dimos cuenta en seguida que la temperatura de San Francisco no iba a ser como el resto del viaje. Ya lo habíamos advertido a través de las aplicaciones meteorológicas pero en San Francisco no era verano, era más bien primavera fresquita. Hacía unos 15 grados a esas horas y no subiría más de 20 en todo el día. Por lo menos estaba el día despejado, con lo que nuestra visita a Alcatraz prometía agradable.

Visita a la cárcel de Alcatraz y el crucero hasta la isla

Nos cogimos un autobús hasta la zona del puerto y acudimos hasta el embarcadero para subirnos al ferry de Alcatraz Cruises, que te transporta a la cárcel más famosa del mundo. Un rápido traslado a través del Pacífico mientras disfrutas de las magníficas vistas de la ciudad de San Francisco, el Bay Bridge y el rojizo Golden Gate. Aprovechamos el despejado día para retratar el maravilloso paisaje que se disponía ante nuestros ojos.

golden gate

Una gaviota hacia el Golden Gate

La cárcel ya no alberga a presos, sus únicos habitantes son las miles de gaviotas que rondan «La Roca«. Es casi imposible hacer una foto y que ellas no sean las protagonistas. Ellas y sus bebés que acababan de nacer y eran una especie de polluelos despeinados grises. Recorrimos las celdas, dispuestas en dos alturas, donde pudimos ver los catres de los presos más importantes que habían morado en este penitenciario. Entre ellos, como no, el archifamoso Al Capone, del que también pudimos ver otra celda en la Eastern State Penitentiary de Filadelfia.

Alcatraz

Alcatraz

Después de observar las dimensiones de la ciudad y las empinadas cuestas decidimos hacer algo de lo que siempre renegamos en los viajes: coger el bus turístico. Eso sí, con matices. No subíamos en una parada y recorríamos la ciudad a pie. Es decir, utilizábamos el autobús turístico como medio de transporte. En el hotel nos dieron descuentos, te cruza por el Golden Gate hasta Sausalito y también tienes descuentos en otras actividades de San Francisco. Además, el autobús tenía una parada al lado de nuestro hotel, con lo que nos salía a cuenta la operación.

Un aperitivo en el Pier 39 de San Francisco, una delicia para el Paladar

El autobús lo cogimos cerca del famoso Pier 39, así que nos dimos un paseo por el mismo con la intención de ver una de sus principales atracciones: los leones marinos que se alojan en unas plataformas junto al Pier. Habíamos leído que por ser verano, igual habría menos o ninguno. Y sí chicos, había sólo uno, triste y solo. Aprovechando que olía a marisquito por todos lados me compré un delicioso sandwich de langosta. Enorme, exquisito y reponedor. Merece la pena los 14 dólares que costó.

Bocadillo de Langosta

Bocadillo de Langosta en el puerto

Coit Tower, un imprescindible durante tu viaje a San Francisco

Nos subimos al autobús y nuestra primera parada fue la Coit Tower. Subimos hasta ella y nos tocó esperar una buena cola. Cuando estábamos en el ascensor que te sube hasta la cumbre de la torre, el «ascensorero» nos dijo que aprovechásemos para hacer buenas fotos, que un día tan despejado así en San Francisco vale su peso en oro. Después de disfrutar de las vistas regresamos a la parada del autobús. Nos bajamos en Little Italy para disfrutar del ambiente de la zona. Mucho restaurante y decoración europea para sus locales.

Cuesta

Cuesta desde la Coit Tower en San Francisco

Edificios bonitos del Downtown de San Francisco

Desde ahí nos fuimos andando al Downtown y nos dimos un paseo entre los rascacielos. Entre ellos la increíble y peculiar Transamerica Pyramid Tower, un rascacielos en forma de piramidal. Al parecer es el edificio más seguro de todo San Francisco en caso de terremoto, ya que en caso de sufrir un temblor el edificio oscilaría de un lado a otro y no se caería.

Pyramid Tower

Pyramid Tower, San Francisco

Union Square y Chinatown

Nuestra siguiente parada fue Union Square, para disfrutar un poco de la plaza y encaminarnos hacia Chinatown. La zona china es bastante colorida y agradable para dar un paseo, curioseando en sus tiendas y observando los farolillos que pueblan las calles.

Chinatown

Chinatown

Hyde Street, endurecedor de glúteos

Después de dar un paseo por el centro, decidimos probar la subida de una de las calles más conocidas de la zona: Hyde Street.

Una cuesta en San Francisco

Una cuesta en San Francisco

La calle más famosa de San Francisco, Lombard Street

Nuestra intención era llegar hasta Lombard Street, una de las calles más famosas del mundo, por no decir la más. Es sencillamente preciosa y llamativa. Después de ver las larguísimas y rectísimas calles de toda la ciudad, esa rocambolesca calle, llena de curvas y de flores es simplemente genial.

Lombard Street

Lombard Street, San Francisco

Nos bajamos de nuevo a la zona del puerto pasando por el Ferry Building y nos dirigimos al Acuario. Como nos quedamos con las ganas de ver a los tiburones en el hotel Mandalay de Las Vegas, no desaprovechamos la ocasión (y los descuentos). Está bastante bien, hay peceras con medusas iluminadas con colores, Dori y Nemo juntos en una pecera, un túnel-acuario con tiburones, mantas y demás especies… Al final del todo hay una pequeña piscina con crías de tiburón y mantas que puedes tocar! Antes de salir, pasas por una enorme cristalera donde viven dos simpáticas nutrias que no paran de correr.

medusasDespués de cenar en el puerto llegó el temido frío. ¡Con todo el aire que hacía, unos vaqueros y una sudadera no eran suficientes!

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Fotos: Nikon D80 y iPhone 5 by Araceli Rodríguez ©

MurZielaGa

Periodista, emprendedora y mamá a full time. Amante de las series y los libros en general y del suspense en particular. Fotógrafa amateur y enganchada a eso de la tinta en todas sus versiones. Cabezota, indecisa y con grandes dosis de ironía. ¿O no?

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