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Luces de semáforos. Coches ávidos por encontrar un sitio para aparcar. Un montón de pequeños comercios que invaden una gran avenida de la que salen pequeñas arterias que conforman uno de los barrios con más población de la capital. Un estadio de fútbol en el corazón del pueblo. Gente obrera, orgullosa de serlo. Bienvenidos a mi barrio, This is Vallecas.

En una pequeña calle llamada Concordia, perpendicular a la gran Avenida de la Albufera, se encuentra una cervecería que invita a la nomenclatura de la misma. Un local con buen ambiente propiciado por el propio dueño, atento y simpático desde el mismo momento que abres la puerta. Cerrad los ojos y seguid la senda de la mejor música rockera llegaréis a ella. Bienvenidos a El Boliche, una cervecería abierta desde el año 1990, y que es una de las mejores de la capital sin duda.

fachada

No es un local de majestuosas dimensiones, lo que genera un ambiente de buen rollo en familia. Su decoración como si de un pub londinense se tratase, hace que cada cerveza que allí degustes tenga un acento especial. La cervecería El Boliche es un museo de este oro hecho líquido.

El Boliche es una alegoría de sabores, un verdadero altar a las mejores cervezas del mundo, un homenaje para todos aquellos que disfruten de la embocadura del buen beber.

Uno de los aspectos que hacen este bar especial y, que a mí me ha enganchado, es que tienen cañeros con las diferentes cervezas de importación que ofrecen. Su mimo por este brebaje es tal, que cada una se sirve en su vaso correspondiente. Es un verdadero carrusel de sensaciones: desde que te entra por el ojo, hasta que acaba calentando tu estómago.

caneros

Hay cervezas para todos los gustos, desde las más suaves para aquellos cuyas papilas gustativas son más sensibles, hasta los más atrevidos que ingieren sus amargas y deliciosas cervezas negras. Los amantes de la cerveza de trigo también tienen su hueco, no dudéis en pediros una pinta de Hoegaarden, donde verás un vaso más cercano al tamaño de una maceta.

En El Boliche disfrutarán todos tus sentidos. Tus ojos repararan en los diferentes colores de las cervezas. El tacto se adaptará a los diferentes formatos de los vasos. Al acercar el vaso a tu boca, tu nariz captará las diferentes notas.

Te regodearás en el gusto cuando la cerveza llene tu boca mientras escuchas a Slash acariciar su guitarra.

cerveza

Para los que, como yo, no seáis unos grandes expertos en cervezas, podéis aprovechar vuestra visita para aprender un poco sobre la misma. En El Boliche tienen once de grifo diferentes procedentes de: Alemania, Estados Unidos, Bélgica, Escocia, Inglaterra, República Checa e Irlanda. Una multiculturalidad de cervezas que hace gala de lo que es el barrio.

En mi visita me inicié con una Löwenbraü y luego me pasé a una ale con sabores cítricos: la Punk Ipa, y también tuve la oportunidad de probar la anterior mencionada Hoegaarden y la Trooper, una ale más tostada.

Después de esto, mi cabeza no paraba de preguntarse por qué hace unos años no me gustaba la cerveza, porque es sencillamente cultura. Es arte que se puede convertir en una verdadera pasión.

Además, en esta vida hay que saber de todo pero yo creo que con una lección en El Boliche no he tenido suficiente, así que tendré que volver a que me den el doctorado en la materia. ¿A qué estás esperando para matricularte?

Los podrás encontrar en:

c/ Concordia 4

28053 Madrid

¡No pierdas tiempo y hazte ya con tu plaza!

MurZielaGa

Periodista, emprendedora y mamá a full time. Amante de las series y los libros en general y del suspense en particular. Fotógrafa amateur y enganchada a eso de la tinta en todas sus versiones. Cabezota, indecisa y con grandes dosis de ironía. ¿O no?

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