Así de simple. Si quieres que alguien te muestre el respeto que te mereces has de ir en chándal, de otra manera te juzgarán. Como ya han erradicado el virus del Sida, el cáncer y el hambre del mundo, la Universidad de Harvard ha decidido darle un poco de bola al chándal. En el País de las Maravillas de Harvard, han descubierto que las personas que visten «sport» para ir a las tiendas de lujo, obtienen más respeto que las que van de punta en blanco. Esto se desprende de la información que publica la revista Glamour a través de su web. O eso es lo que he podido entender después de tener que leer palabros como «efortless chic», «nomcore» y «eggobloggers» WTF!!!
Me imagino que el estudio se ha basado en el análisis de hechos históricos claros para llegar a la conclusión que el chándal infunde respeto. Según el Nuevo Testamento, el día que Jesucristo quedó a cenar con sus apóstoles había un dresscode (código de vestuario) de chándal para semejante evento. Jesucristo, hipster de la época y revolucionario por naturaleza decidió ignorarlo. Ya saben ustedes que esa fue su última cena.
Uno de los claros ejemplos en la actualidad sobre el respeto que infunde el chándal está en los políticos de la actualidad. ¿Quién es el mandatario que lleva más años siendo líder de su país y por consiguiente es el más respetado por sus conciudadanos? Fidel Castro. ¿Su prenda favorita? El chándal.
Los más escépticos dicen que para este estudio cogieron la revista Cuore y los personajes a estudiar fueron: Paris Hilton, Britney Spears, Rihanna, Miley Cyrus… Ellas podrían ser un claro ejemplo de que las respetan a la entrada de las tiendas más chic de Rodeo Drive. Que claro, irán en chandal pero con la visa oro sobre el iPhone en la mano (¿no decían que se desmagnetizaba?). Si no, tu dile al primo Jonathan que se cuele en la tienda de Chanel de Serrano y ya verás como lo tratan con amabilidad. Con toda la ambalidad del mundo le explicarán donde está la salida.
Al final, como aventuré en mi otro post sobre las riñoneras, vamos a ir con un total look Barranquillas. Y no hablo del lugar de procedencia de la mujer de los pechos pequeños, es decir Lady Piqué, si no del Mercadona de la droga. Que oye, yo me pongo chándal cuando quiero, pero igual que para un traje de cola, el chándal hay que saber llevarlo. Cualquiera no está preparado para llevar un chándal y saber defenderlo. Así que ojo con las aficionadas que se ponen look deportivo y se calzan un bolso Birkin en la mano. Que sí, que en Hollywood, te abren la puerta de Chanel, pero vas más hortera que la Martirio. Diga Harvard lo que diga. Que hagan un estudio en la Politécnica de Vallecas, que acertarán mucho más con respecto a los términos del chandalismo ilustrado.
Y otra cosa, con tacones tampoco. Ni con las zapatillas esas de cuña, que son tan trendydelamuerte. No, el chándal es para ir cómodo, ya sea para hacer deporte o para ir a por el pan en el barrio. Así que ponte una camiseta y unas zapatillas de toda la vida. No hagáis sacrilegios con esa santa prenda. Reitero, has de llevar chándal por comodidad, para estar confortable y a gusto. En una boda no tienes que estar cómoda, así que prohibido. Al trabajo vas a trabajar, no a estar cómoda. El chándal se reserva para tus mejores situaciones de ocio y relax, en familia, entre amigos. Ahí es donde el chándal será tu mejor amigo porque si tú estás cómoda, él también.
Por otra parte, no hace falta comprarte el chándal más feo que veas en el mercadillo. La intención no es ir con pintas de arrastrada y sucia. Puedes ducharte antes de ponerte un chándal, hazme caso. Aunque Britney te llame y de diga lo contrario, no le hagas caso: recuerda que ella canta «my loneliness is killing me». Ahora entiendes por qué está sola, el tufillo aparta a la gente.
También puedes comprarte el chándal de tu talla. No hace falta que se te marque el higadillo y te vaya haciendo cosquillas mientras andas. Repito: es una prenda cómoda. Sé que para nuestra Mariah Carey es muy difícil encontrar cosas de su talla, pero ahora Mango tiene tallas grandes, y tal como sigue el ritmo de la moda, ahora debe ser superguay llevar chándal. Aunque nuestro adorado señor con coleta blanca Lagerfeld diga que es para perdedores.
Quizás haya dicho esto porque no se ha mimetizado entre la gente normal de barrio, que hemos dignificado el chándal. Aunque así se llama la página donde he encontrado esta imagen. ¿De verdad creéis que esta muchacha dignifica el chándal?
Yo si la veo la echo del mundo. Le devolvería la vida al bicho que lleva sobre los hombros para que la devorase entera. Bueno, a su chándal si lo salvo.
Esto va por ti, mi chandalmen 😉