Seguro de viaje para Europa, ¿necesito uno si tengo la Tarjeta Sanitaria Europea?

El otro día hablando con unos compañeros, reflexionaba sobre lo poco que se habla sobre contratar un seguro de viaje para Europa cuando eres del algún país de ‘por aquí’. Cuando viajamos ‘al lado de casa’ nuestras reflexiones sobre si es necesario viajar con seguro se vuelven inexistentes porque al final: vamos cubiertos con la Tarjeta Sanitaria Europea o total, si nos vamos 5 días. Error en ambos casos y en este post te voy a analizar con datos en primera persona por qué.

Voy a ser totalmente honesta contigo en este análisis, teniendo en cuenta dos cosas:

• He viajado un montón por el mundo sin seguro y no me ha pasado nada (menos mal que no me partieron el tobillo en Tailandia, luego te lo cuento).
• Y, efectivamente, si contratas el seguro de Iati con mi enlace me llevo una pequeña comisión, con la que puedo seguir creando contenido en este blog para ayudarte a preparar tus viajes.

Pero aún así voy a intentar ser lo más transparente y clara contigo porque este post no va de vender seguros, sino de contarte mi experiencia REAL necesitando un seguro de viajes en Europa. Te voy a poner ejemplos prácticos y gráficos donde te vas a convencer de que necesitas un seguro de viaje Europa para tu próximo destino.

• Puedes irte a nuestra experiencia más abajo pinchando directamente sobre este enlace.

Viajar por Europa parece sencillo cuando vives en un país de la Unión Europea. Está claro que cuando vienes de otro continente tienes claro que sí necesitas un seguro de viaje para Europa. Pero cuando eres europeo la cosa cambia. No hay visados, puedes moverte con tu DNI y hasta pagar con euros en la mitad de los países. Todo pinta tan fácil que mucha gente ni se plantea contratar un seguro de viaje. ‘Total, si me pasa algo, tengo la Tarjeta Sanitaria Europea’. Pero muchos de vosotros no sabéis la letra pequeña de la TSE y te lo voy a contar. Aunque te confieso que no es la única razón por la que nosotros elegimos viajar siempre con seguro de viaje para Europa. Pero esas bondades te las cuento más abajo.

Tarjeta Sanitaria Europea: mismas condiciones que los residentes locales

La Tarjeta Sanitaria Europea te da acceso a la sanidad pública de los países de la Unión Europea, el Espacio Económico Europeo y Suiza, eso lo sabemos todos. Pero lo que quizás no sepas es que lo hace en las mismas condiciones que los residentes locales, que no siempre son las que tú imaginas. Es decir, no todos son España que tú te vas a urgencias, te atienden y ya. No, querido amigo, juegas con las condiciones de cada país si viajas sin seguro de viajes a Europa. Te cuento algunos casos para que te hagas a una idea de lo que te enfrentas.

• En Francia, por ejemplo, adelantas el dinero y luego reclamas el reembolso.
• En Alemania hay copago diario si te hospitalizan y no es reembolsable. También hay un pequeño copago si necesitas transporte sanitario.
• En Bélgica hay que adelantar el dinero en las consultas y luego se puede reclamar un reembolso del 70 o 75% del coste de la consulta. En caso de hospitalización lo mismo, el entre el 20 al 30% del total lo asume el paciente. Además, una ambulancia te cuesta unos 70 €.
• Y en Suiza directamente pagas todo y ya, si eso, lo peleas luego con la Seguridad Social española. Las ambulancias solo están cubiertas en un 50%.

Así que contratar un seguro de viaje a Europa, que en una escapada de 5 días te cueste menos de 30€ es un auténtico chollo. Pero, como te digo, no solo es para ahorrarte estas vicisitudes de copago y otras cosas. Hay más que te desvelo abajo porque me ha pasado.

• Puedes solicitar la Tarjeta Sanitaria Europea aquí.

El seguro de viaje a Europa cubre los accidentes deportivos y repatriaciones

¿Y si lo que te pasa no es una gripe sino una fractura esquiando en los Alpes o tirándote con un trineo en Laponia? ¿O te tienen que trasladar en ambulancia aérea hasta casa? Nada de eso lo cubre la Tarjeta Sanitaria Europea.

Y lo peor: tampoco cubre la repatriación, que puede costar fácilmente más de 20.000 €. Está claro que a ninguno nos gusta ponernos en estas tesituras cuando viajas pero oye, si te tienen que trasladar a casa y tienes que pedir un crédito cuando te podías haber gastado menos de 50€ creo que no merece la pena.

Otras ventajas del seguro de viaje a Europa vs Tarjeta Sanitaria Europea

Con un seguro de viaje, en cambio, todo esto está cubierto desde el primer momento. Te atienden en hospitales públicos o privados, no adelantas dinero, tienes asistencia telefónica en español 24 h y repatriación incluida si hiciera falta. Además, te cubre cosas que no son médicas: pérdida de equipaje, cancelaciones o incluso robo. Vamos, lo que puede amargarte unas vacaciones aunque no pongas un pie en el hospital.

Pero sobre esto me voy a extender más abajo porque de verdad pienso que viajar con seguro de viajes a Europa es un chollazo.

En resumen:

Si viajas por Europa unos días, la Tarjeta Sanitaria te puede sacar del apuro. Pero es infinitamente menos cómodo, más abajo te explico por qué.

Si viajas con niños, haces actividades, o simplemente no quieres arruinar tus vacaciones (ni tu cuenta corriente), un seguro de viaje es imprescindible.

Nosotros siempre contratamos el seguro de viaje de IATI incluso para escapadas europeas. Es barato (unos 15–20 € por semana con el plan IATI Escapadas), no hay que adelantar dinero y, sinceramente, da mucha tranquilidad.

Por si quieres calcular cuánto te costaría exactamente, 👉 aquí puedes hacerlo con 5 % de descuento por ser lector del blog

La Tarjeta Sanitaria Europea está genial para salir del paso si te da un catarro en Roma o te haces un esguince en Ámsterdam. Pero no es un pase VIP a la sanidad europea. Es más bien una entrada general con letra pequeña. De hecho, te quiero recalcar que aunque, como en Italia, tenga unas condiciones sobre atención primaria como aquí, igualmente elegiría viajar con seguro de viaje y te contaré por qué en otro epígrafe más abajo con ejemplos prácticos.

Con ella puedes ir a los hospitales públicos de los países de la Unión Europea, Noruega, Islandia, Liechtenstein y Suiza, en las mismas condiciones que los locales. Y eso, traducido, significa que depende muchísimo del país donde estés.

En Italia, por ejemplo, las urgencias están cubiertas, pero si el hospital te deriva a un especialista o necesitas medicación, pagas la visita y los fármacos. En Portugal, si te atienden en un centro público, pagas una tasa por consulta (entre 15 y 25 €) y si te hacen análisis o radiografías, más todavía. En Austria, si tienes que ir en ambulancia o te hacen una radiografía, también toca pasar por caja. Y en Dinamarca, donde la sanidad es excelente, la TSE solo vale para emergencias: olvídate de revisiones o visitas menores.

Por eso, aunque tengas tu tarjetita azul, no siempre sales ileso del mostrador de pagos. A veces adelantas el dinero y luego esperas semanas a que te devuelvan una parte (si tienes la paciencia de presentar todos los justificantes, claro).

Qué no cubre la Tarjeta Sanitaria Europea

Y ojo: la TSE tampoco vale en destinos no comunitarios, como Reino Unido, Turquía, Andorra o San Marino, que muchísima gente mete en el saco “Europa” sin darse cuenta de que no están cubiertos.

Así que sí, la Tarjeta Sanitaria Europea te cubre… hasta que deja de hacerlo.

Por eso nosotros siempre la llevamos, pero acompañada de un seguro IATI, que no solo cubre la parte médica (pública o privada), sino también robos, equipajes, cancelaciones, repatriaciones y asistencia en español 24 h.

Antes viajábamos con ambos: TSE y seguro, pero ahora hemos dejado de solicitar la tarjeta porque no la hemos usado nunca. Más abajo te cuento por qué.

La Tarjeta Sanitaria Europea está bien hasta que se queda corta. Y el seguro de viaje, al revés: parece un gasto innecesario, hasta que lo necesitas.

La diferencia entre ambas no está solo en lo que cubren, sino en cómo te ayudan cuando algo va mal. Una te deja en manos del sistema público local, y la otra te coge de la mano y te saca del lío, sin tener que hacer malabares en otro idioma. Y no solo eso, hay muchísimas más ventajas que te resumiré más abajo según nuestra propia experiencia y que para nosotros hace que merezca muchísimo la pena.

Para que lo veas claro, aquí va una comparativa sencilla:

Como te he adelantado en la intro, no siempre hemos viajado con seguro de viajes, ni muchísimo menos. Si bien es cierto que allá por 2003 cuando cogimos algún viaje con agencia, recuerdo haberlo sacado, para Praga, incluso Rusia. Pero no era algo que nos preocupara como tal y más, viajando por Europa. Pero al final nos hemos dado cuenta que nos la hemos jugado, y mucho. Y ahora te voy a explicar por qué con casos prácticos.

Cosas que nos han pasado de viaje vs atención médica:

Ahora te voy a contar cosas que nos han pasado de viaje y que debíamos haber precisado atención médica pero viajábamos sin seguro… Lo sé, una inconsciencia pero es lo que hay.

Tendinitis en el tendón de Aquiles que casi se rompe en Rusia (Ara)

Al tercer día de estar pateando Moscú se me empezó a inflamar el tendón de Aquiles llegando a formarse una pelota. Dolía horrores al andar y cada vez estaba peor. Yo tenía como 24 años y era invencible, incluso con las lesiones, ¡jajaja! Y, también, tenía un miedo atroz a ir al médico en ese país (mira tú la tontería). Igual me imaginaba un quirófano soviético o algo así. El caso es que tiré los 10 días en ese país con esa lesión y fui al médico en España. ¿Resultado? Broncazo por parte del médico que me dijo que se me podía haber roto el tendón e implicaría operación complicada.

Salmonellosis en Croacia (Víctor)

Otra de las aventuras de nuestros viajes sin seguro de viajes fue en Croacia. Huevo cocido en el desayuno con resultado de fiebre de tres días, tiritonas, vómitos y demás… ¿Fuimos al médico? Tampoco. Tiramos de farmacia y poco más. Si hubiésemos viajado con seguro para Europa, seguro que por lo menos habríamos llamado.

Mordedura de un gálago en Swazilandia (aunque no es Europa, os lo cuento)

Pues sí, amigos, me mordió un gálago en Esuatini cuando estábamos haciendo un feeding en un hotel. Y por eso no hay que alimentar animales. Fin. Pero sí, me mordió y me dolió horrores, aunque me hizo poca sangre. La culpa fue mía, por darle de comer y también por dárselo como si fuera mi gato. En definitiva, en el hotel me afirmaron que los animales estaban sanos y demás y yo, como una inconsciente sin seguro de viajes, me lo creí. Así que cuando llegué a España fui a la Seguridad Social y otro broncazo. Me vacunaron contra la rabia de urgencia y me explicaron que me tenía que haber vacunado en destino, no haberme esperado. Podía haber contraído la rabia y morir, pero afortunadamente no fue así.

Y ahora viene el segundo más reciente: un gato le mordió a Noa en Siracusa, en Sicilia. Estábamos paseando por la isla de la Ortigia cuando un gato mordió a Noa y yo, que ahora soy una auténtica loca de la rabia, me preocupé mucho. Fuimos a una farmacia a comprar desinfectante y a enseñarle la herida y nos dijo que no pasaba nada, que no nos preocupáramos. Pero claro, eso me habían dicho a mí en Suazilandia y no quise correr riesgos. Además, viajábamos con seguro de viaje para algo.

Me puse a buscar la póliza en mi correo y no la encontré. ¿Sería posible que se me hubiese olvidado encontrarla? Sea como fuere agarré la tarjeta del seguro privado y conté lo que me había pasado y ellos me dijeron que tenía que ir a un centro médico. Lo primero que me preguntaron es que si tenía la TSE, para acercarme al centro más cercano. Eso NUNCA me ha ocurrido con Iati, ¿para qué tengo un seguro sino? El caso es que les dije que no y me dijeron pues voy a mirarte donde está nuestro centro médico más cercano. Me llamaron pasado un tiempo y me dijeron que estaba en Palermo, ¡en la otra punta de la isla de donde, por cierto, había partido nuestro viaje! Para algo tan sencillo como observar una herida necesitaríamos hacer más de 3 horas de coche. WTF! Encima, es que estábamos relativamente cerca de otra ciudad grande como es Catania (estaba a 50 minutos).

Evidentemente nos dieron ganas de llorar y al día siguiente llamé a Iati que me confirmaron que había contratado la póliza y me la reenviaron. Y, por supuesto, me ayudaron en todo. Conseguí un centro médico cercano gracias a mi seguro de viaje por Europa y vieron que la herida de Noa no era nada, además de confirmare que Sicilia está libre de la rabia. ¡Menudo gusto!

Fue pisar Luxemburgo y empezar con un fiebrón de casi 40 que nos dejó literalmente sin palabras. El primer día tiramos de paracetamol por si era un simple virus pero tras una noche de delirios y de ver la garganta al día siguiente confirmamos nuestras sospechas: placas en la garganta. Así que sabíamos dos cosas: por una parte que tocaba ir al médico a por antibiótico, que se iba a poner bien relativamente pronto. Así que era primordial acudir cuanto antes para que se recuperase y para poder seguir con el viaje navideño en Luxemburgo que nos habíamos preparado.

Llamamos a Iati y nos preguntaron nuestra dirección del alojamiento. Nos preguntaron que si querían los más cerca de ahí o de otra parte, para nuestra comodidad, por si teníamos alguna visita en otro lado o algo. Como era muy temprano le dijimos que junto a nuestro apartamento y a las dos horas estábamos sentados en una consulta a dos calles de la casa. ¡Una pasada! Y no solo por la rapidez, la cercanía, sino que estuvieron pendientes en todo momento de la gestión vía WhatsApp e incluso nos llamaron después para saber cómo había sido la atención en consulta y cómo estaba Noa.  Y, por supuesto, todo en castellano.

Con esta anécdota creo que has comprendido perfectamente la valía de un seguro de viaje para Europa.

A lo que voy. ¿Podía haber acudido a un centro médico público en Luxemburgo? Sí. ¿Me hubiesen atendido de mil amores? Sí. Pero… las preguntas que se me plantearon fueron las siguientes:

• ¿Dónde estaría las urgencias públicas y cuánto me hubiese costado desplazarme hasta allí?
• ¿Cuánto tiempo de viaje habríamos perdido en una sala de espera?

El tiempo vale dinero y los taxis también, así que definitivamente la Tarjeta Sanitaria Europea también vale dinero.

Creo que esta pregunta te la he resuelto con lo que te he contado de Sicilia pero ahí va un análisis más profundo, por si todavía te quedan dudas de reservar un seguro de viaje para Europa.

Los seguros médicos privados están pensados para cubrirte en tu país, y su cobertura internacional suele ser muy limitada. Algunos te ofrecen asistencia en el extranjero… pero con letra pequeña. Normalmente te cubren solo emergencias y con un tope que ronda los 10.000–12.000 €. Si la factura médica supera eso, lo demás corre de tu cuenta.

Además, muchos funcionan por reembolso: pagas tú primero, y luego ya, si todo sale bien, te devuelven una parte. Pero para eso tienes que rellenar formularios, traducir facturas, adjuntar informes médicos y esperar semanas. En resumen, te pasas el viaje de burocracia en lugar de disfrutarlo.

Un seguro de viaje, en cambio, te cubre desde el minuto uno. Si tienes una urgencia, llamas y te indican a dónde ir, sin adelantar ni un euro. Y no solo eso: cubre también robos, pérdidas de equipaje, cancelaciones, repatriación y asistencia legal. Ningún seguro privado se mete en todo ese berenjenal por ti.

¿Y el seguro de la tarjeta de crédito para tema de cancelaciones?

Y no, el seguro de la tarjeta de crédito tampoco te salva. Suelen tener coberturas ridículas (6.000–9.000 € como máximo) y cláusulas imposibles, tipo “solo si el billete se pagó íntegro con la tarjeta” o “si el vuelo se canceló por causas climatológicas aprobadas por el banco central de no sé dónde”. Vamos, que cuando lo necesitas, no aplica.

Así que sí, aunque tengas seguro médico privado, lo ideal es complementarlo con un seguro de viaje. No se pisan, se suman. El primero te protege en tu día a día; el segundo, cuando te vas de escapada.

Nosotros lo hacemos siempre, incluso en viajes cortos por Europa: con el plan IATI Escapadas pagas menos de lo que cuesta una comida fuera y viajas tranquilo, sabiendo que si pasa algo, todo está cubierto y además te atienden en español.

A todos nos pasa lo mismo: el vuelo, el hotel, los traslados… y cuando llegas al punto de “añadir seguro de viaje”, te da pereza. Piensas “bah, si solo voy una semana y estoy en Europa, ¿para qué gastar más?”.

Pues precisamente porque cuesta menos de lo que crees.

Un seguro de viaje para Europa no es un lujo. Es casi lo que te cuesta una pizza en Roma o una cerveza en Reikiavik (una sola, eso sí). Con IATI Escapadas, por ejemplo, una semana de viaje cuesta entre 15 y 20 € por persona. Si te vas diez días, quizá llegues a los 25 €. Y si viajas en familia, te hacen precio cerrado para todos.

A cambio, tienes gastos médicos cubiertos (públicos o privados), repatriación, robos, equipaje, cancelaciones y asistencia en español las 24 horas. Y lo mejor: no adelantas ni un euro. Ni una llamada de madrugada intentando explicarte en inglés con fiebre.

Haz números:

• Una visita médica privada en Austria ronda los 150 €.
• Una radiografía en Dinamarca, unos 250 €.
• Un traslado en ambulancia aérea desde Suiza puede superar los 20.000 €.
• Y todo eso lo cubre el seguro desde el minuto uno.

Además, IATI tiene planes diferentes con diferentes coberturas según tu tipo de viaje. ¡Ahora te las cuento!

Paseando por el centro de Rovaniemi

A veces pensamos que en Europa todo está cubierto, pero no todos los países tienen la misma sanidad pública ni los mismos acuerdos con España. Hay destinos donde un seguro de viaje no es opcional: es imprescindible.

• 🇨🇭 Suiza
  No pertenece a la Unión Europea y, aunque la Tarjeta Sanitaria Europea es válida, los costes médicos son altísimos. Luego tienes que solicitar el reembolso. Una simple noche en hospital puede superar los 1.000 €, y la repatriación no está incluida. Imprescindible viajar con seguro.
• 🇬🇧 Reino Unido
  Desde el Brexit, la TSE ya no tiene validez allí. Cualquier consulta médica, urgencia o traslado corre de tu cuenta si no llevas seguro de viaje.
• 🇮🇸 Islandia
  Tiene sanidad pública, pero los precios son elevados y los rescates o traslados en helicóptero no están cubiertos por la TSE. Ideal contratar un seguro que incluya búsqueda y rescate, como el IATI Mochilero. ¡Hasta el Ministerio de Asuntos Exteriores lo recomienda!
• 🇳🇴 Noruega
  Noruega (miembro del EEE) sí acepta la Tarjeta Sanitaria Europea. Esta permite acceder a asistencia sanitaria pública urgente en las mismas condiciones que los residentes noruegos, pero ojo: en Noruega los propios residentes tienen que pagar ciertos copagos incluso en urgencias. Los copagos por consultas normales suelen ser entre 30 y 40€ y no se reembolsan posteriormente. O sea, te lo comes. La TSE no es válida en el archipiélago de Svalbard, por lo que allí es imprescindible un seguro privado
  visitnorway.es
• 🇦🇹 Austria y 🇫🇷 Francia (zonas de esquí)
  Aquí el riesgo no es la factura médica, sino el rescate. Un accidente en montaña o pista de esquí no está cubierto por la TSE, y un helicóptero cuesta miles de euros.
• 🇫🇮 Finlandia
  Sanidad pública excelente, pero copagos obligatorios: cada consulta, análisis o receta conlleva un coste, suelen rondan los 20-30€ y no son reembolsables. ¡Muy recomendado contratarlo, también lo dice el Ministerio!
• 🇦🇩 Andorra
  No forma parte de la UE ni del EEE, así que la TSE no sirve de nada. Aquí el seguro de viaje es imprescindible, incluso si solo vas a esquiar un fin de semana.
• 🇹🇷 Turquía
  Tampoco pertenece a la UE ni al EEE. La TSE no tiene validez, y la asistencia médica privada es cara. Si viajas por el oeste del país o haces escala en Estambul, no vayas sin seguro.

Aunque viajes a destinos donde la Tarjeta Sanitaria funciona, solo el seguro cubre la repatriación, el robo o los retrasos.

No todos los viajes son iguales, y por suerte, IATI tiene un plan para cada tipo de viajero. Desde escapadas rápidas hasta viajes con niños o rutas más intensas, puedes elegir el seguro que mejor se adapte a tu forma de viajar:

• 👫 IATI Estándar

El más equilibrado. Tiene una cobertura intermedia, suficiente para la mayoría de destinos europeos y pensado para quienes viajan a menudo. Si haces escapadas urbanas, te mueves en tren o haces turismo normal sin complicarte con aventuras extremas, este es el tuyo.

• 👨‍👩‍👧 IATI Familia

Diseñado para quienes viajamos con peques y queremos dormir tranquilos. Cubre todo lo que puede pasar viajando con niños: imprevistos médicos, equipaje perdido, cancelaciones… Es el seguro que nosotros usamos en la mayoría de viajes en familia por Europa.

• 🎒 IATI Mochilero

Para los más inquietos. Tiene gran cobertura médica y deportiva, e incluye búsqueda, rescate y salvamento. Ideal si eres de los que se apuntan a hacer senderismo en los Alpes o a surfear en Portugal. También si te gusta improvisar y encadenar varios países en un mismo viaje.

En todos los casos, tienes atención 24 horas en español, sin adelantar dinero y con coberturas amplias para equipaje, cancelaciones y repatriación.

Te ayudo con una tabla comparativa para que veas TODO lo que cubre y que te va a terminar de convencer de que necesitas un seguro de viaje para Europa.

¡Y fin de la ruta por la Great Ocean Road! ¿Qué te ha parecido? ¡Pregúntame en comentarios cualquier duda!

Llevar un seguro de viaje no significa estar pensando en lo malo. Significa que te gusta viajar tranquilo y sin sorpresas en la tarjeta de crédito. Y créeme, la diferencia entre un viaje perfecto y un desastre puede ser una simple llamada.

Algunos consejos rápidos antes de cerrar la maleta: