Aquel fue un día triste. Diríamos adiós a Kioto y en especial a el rincón especial que había sido nuestro apartamento. Parece una tontería, pero cuando aplicas el nomadismo a tus viajes, acabas cogiendo cariño a las estancias en las que pasas más días. Se convierten en tu hogar en el extranjeros.
Kanazawa, una de las ciudades que más me impresionó de Japón
Sentimentalismos a parte, nos fuimos directos a la esación para coger un tren destino Kanazawa. La localidad se encontraba a una hora y 45 minutos de Kioto. Comenzábamos nuestro peregrinaje por la isla de Honsu.
Nada más llegar a Kanazawa nos recibió una enorme puerta de madera que aúnaban a la perfección modernidad y tradición. Quizás sea la representación perfecta de lo que es Japón en sí, cuna de la más milenaria cultura y puntera en tecnología.
Llevamos las maletas al hotel que, como viene siendo habitual, habíamos elegido junto a la estación de la JR. Todavía no podíamos subirlas a la habitación, así que hicimos el check-in y las dejaos en consigna. Regresamos a la estación y reservamos el autobús para el día siguiente a Shirakawa-go y el posterior hacia Takayama. Nos teníamos que asegurar una plaza para acudir a nuestro siguiente destino, así que fue lo primero que hicimos para evitar que se agotasen las plazas.
El último autobús desde Shriakawa-go hacia Takayama es a las 4 de la tarde, por lo que conviene madrugar un poco para ir con calma.
Elegimos el horario de las 12 de la mañana para viajar desde Shriakawa-go a Takayama, así que saldríamos desde Kanzawa a las 8 de la mañana. Habíamos leído en blogs que un par de horas serían suficientes para ver la tradicional aldea, así que contábamos con poder subirnos al autobús a esa hora. También habíamos contrastado la posibilidad de retrasar el horario una vez reservado el billete, y por lo que se comentaba, no te ponían problemas por querer coger un autobús a una hora diferente. Pero no estábamos dispuestos a comprobarlo.
La compañía de autocares hacia Shirakawa-go y Takayama se llama Hokutetsu.
¿Qué ver en Kanazawa?
Además de los billetes del día siguiente, compramos otros para hacer un tour por Kanazawa, tipo «hop-on, hop-off». Una especie de bus turístico circular que te deja subir y bajar en las paradas que quieras, las veces que desees.
Kanazawa, la ciudad de las geishas
Nuestra primera parada fue el barrio de geishas Higashi Chaya donde visitamos una casa de 200 años de antigüedad. En ella vivía una geisha y se conserva tal y como la tenía su moradora. Por esta zona te encontarás bastantes turistas que perturbarán de alguna manera, tu mágico paseo en este barrio tradicional.
Nuestra siguiente parada fueron los jardines del castillo de Kanzawa. Una explanada verde que abría camino hacia un castillo que, a pesar de ser bonito, no era uno de los más conocidos de Japón.
Lo que sí es una de las paradas más bellas y por lo tanto obligatorias de la ciudad son los jardines Kenrokuen, considerado entre los tres más bellos del país. Posee seis de los atributos necesarios para la perfección.
Después de dar un tranquilo paseo entre sus perfectos estanques y coloridas flores, nos dirigimos a otro barrio de geishas, El barrio Nishi Chaya era más pequeño que el primero que visitamos, pero muy parecido en su configuración. Además, no suponía un reclamo turístico de la misma magnitud que el primero, por lo que te será más fáciles hacer fotos desprovistas de personas.
Y también ciudad de Samurais
Ya por la tarde nos sorprendió el barrio de samurais Nagamachi, bien reconocible por sus muros de adobe protegiendo unas preciosas casas de estilo tradicional. Entre sus misteriosas calles se encuentra la casa-museo del samurai Nomura. Se puede acceder a su interior para disfrutar de la vivienda del guerrero.
La casa alberga en su interior un bello jardín que invita a la reflexión e infunde paz.
En definitiva, cuando visitas la casa del samurai, todos queremos ser Nomura (sin la parte del deber claro)
Para rematar con nuestra visita a la ciudad, visitamos el famoso mercado de Omicho donde los colores se mezcla con la ausencia de olores. Pescado, carne, fruta y restaurantes con el sushi más fresco de la ciudad se agolpan en el interior del bello edificio. Y para los más atrevidos, algunos de los bares ofrecen el codiciado fugu, más conocido como pez globo.
El mercado de Omicho no huele a pescado, pero sí a fruta. ¿Cómo lo consiguen los japoneses? Pulcritud y temperatura perfecta.
Fotos: Nikon D80 y iPhone 5 by Araceli Rodríguez ©
Hola,magnifico post!. Por fin fueron a Shirakawago?. Con 2 horas es suficiente? Pienso ir de Tokio a Kanazawa muy temprano, llegar a las 8 y 45am,dejar el equipaje en la estacion y salir a recorrer la ciudad 4 o 5 horas. Inicialmente pienso en 4. Ya tengo los tiempos claros y por donde ir. No se si usar el bus turistico, en realidad todo esta cerca, no mas de 1 hora 20 o 30 de caminata en total, dedicando 30 minutos a la casa del samurai, 30 minutos a una ojeada al Castillo, una hora al jardin y 1 al barrio de Geigas principal,total 4 horas y me da 3 horas a la aldea. Pienso que es major 5 horas en total, muy cronometrado. Dejaria en standby la casa del samurai por si perdemos tiempo en la estacion y veo que no da tiempo a mas o le agrago 30 minutos al Castillo y 30 al barrio de gaeigas o ele jardin. Esto me deja solo 2 horas en la aldea. Es suficiente o esta muy justo. Soy superorganizado en esto. Quizas para otro es lio,no para mi. Igual me ajusto, es lo quehay. Vamos y viramos de la ladea y tomamos el tren a Kioto de las 7 y 45pm.Saludos y gracias.
¡Hola! Perdona porque haya tardado tanto en contestarte, pero es que acabo de ser mamá y la pequeña no me deja mucho tiempo para pasar por aquí.
Nosotros sí fuimos a Shirakawago por la mañana y Takayama por la tarde. Veo que tienes los tiempos muy ajustados, así que no debería ser problema ara organizar tu día bien. 🙂
La aldea de Shirakawago se ve muy rápido, con dos horas tienes más que suficiente.
Un saludo y feliz viaje!