El restaurante La Vaquería ofrece un menú de precio competitivo compuesto por tierna carne sobre ascuas de encina, patatas fritas y ensalada. Un lugar perfecto para disfrutar de la familia en un entorno tradicional y acogedor.
Restaurante La Vaquería, lugar perfecto para comer carne en Collado Villalba
Si eres de los que disfruta solamente con el crujiente sabor de los vegetales, con las frescura de las hortalizas, con los colores de las frutas y reniegas de todo tipo de carne animal, este no es tu sitio. La Vaquería es un restaurante situado en Collado Villalba con el que tú, fiel amigo carnívoro llegarás al éxtasis con cada bocado de ternera que atraviese tu gaznate.
Como sois muy avispados, sé que al leer La Vaquería habéis deducido que lo que allí se ofrece es del género vacuno, pero no es solo eso. El lugar es un antiguo establo reformado, con altas paredes en las que retumban sin cesar las alegres conversaciones que en su entorno se producen. Una rústica chimenea en el centro de la sala principal, te hace recordar el frío que se sucede cada año en la zona norte de Madrid. Pero Marzo ha dado una tregua y con ella se ha adelantado la primavera, como es habitual en la capital, así sin avisar.
Gracias al sol que cayó a plomo el fin de semana, en La Vaquería han habilitado una preciosa terraza entre las construcciones del restaurante y el bar donde tomar algo mientras esperas tu turno. Un conjunto de mesas sobre el césped artificial que decora la zona, que bien podría ser digno de cualquier Biergarten de la alemana Baviera.
En La Vaquería ofrecen dos turnos para degustar su carta: a las 2 menos cuarto y a las 3 y media. Tú decides el horario y ellos te ponen la mesa. Una manera de organizar el río de comensales que se dan cita allí el fin de semana, y que un ejército de raudos camareros atienden sin cesar.
Lo más recomendable de este restuarante es su menú de carne que cortan antes de llevártelo a la mesa y qe tú cocinarás sobre una parrilla. Una sinfonía de carne de vaca, cortada en finos y pequeños filetes que vas elaborando a tu gusto sobre una parrilla que calientan unas brasas incandescentes de madera de encina. Para acompañar la carne te ofrecen dos salsas: salsa rosa y otra más especiada, que recuerda un poco al mojo picón. Una fuente de barro de ensalada y una generosa fuente de las patatas fritas típicas de tu abuela, son la combinación perfecta para mezclar el sabor de una de las carnes más tiernas de Madrid. Que sea buena carne no es algo baladí, ya que una manada de estos animales pueden ser avistados en las afueras de todo el pueblo.
Si eres de los que tiene estómago infinito, puedes probar otros entrantes. En mi caso, el menú de carne es que impera en cada visita a este magnífico lugar. Además, tienes que guardar hueco para el postre: todos caseros y deliciosos. ¿Mi preferido? La tarta de queso con frambuesa. Sin lugar a dudas, la mejor que he probado. Me ha costado decidirme, porque la tarta de tres chocolates no está nada mal.
Por si fuera poco el festín que te acabas de pegar, te vas a llevar otra alegría para el cuerpo cuando la cuenta llegue a tu mesa. Después de disfrutar de carne de primera calidad, no te va a costar demasiado soltar los euros que te exigen antes de marchar.
Productos excelentes a gran precio, servicio rápido y eficiente, perfecto entorno rústico en medio de la naturaleza del norte de la Comunidad, ¿qué más se puede pedir?